lunes, 25 de enero de 2021

domingo, 3 de marzo de 2019

jueves, 28 de febrero de 2019

Articulo de la revista " HOGAR"

LA QUINTA IBAÑEZ


La magnífica finca de los esposos Millington Drake en Punta Chica comprende un casco de nueve hectáreas, en cuya barranca se mantiene, con solidez antigua, la finca de la mentada "Quinta de Ibañez", que en otros tiempos fué una "suerte" de estancia extendida desde los juncales del río hasta lo que es hoy la estación Victoria. Dominio patriarcal de Don Pedro Ibañez y de Rosa de Anchorena, que limitaba antaño el temido "callejón de Ibañez", fué parcelado no hace mucho.
Actualmente se esta formando en el un barrio parque con calles asfaltadas y chalets flamantes, Los esposos Millington Drake, que tantas muestras de probado cariño han dado por las cosas de nuestra tierra, han querido salvar de esa urbanización el carácter tradicional, tanto del edificio como el jardín y las barrancas, entre cuyos gigantescos eucaliptos, ombúes y verdinegros paraísos ponen una nota blanca las estatuas de mármol que personifican las alegorías caras a la época.
La casa denota distintos estilos, la parte más antigua que corresponde ahora a la entrada de la quinta, se calcula centenaria, las macetas, rejas, aldabas, el patio central con su aljibe de mampostería con arco de hierro simple así lo atestiguan. Algunos diarios hallados en el interior de una estatua simbólica de La Libertad, remontan a la fecha de los trabajos del jardín a la época de Rosas. Sucesivamente alrededor del 60, sumándose a la primitiva casa nuevos cuerpos, que avanzaron hacia el borde de las barranca, desde la cual se tiende hacia el Este la vista majestuosa del estuario y hacia el Noreste las bocas del delta, con sus verdes bajos anegadizos, que taja el canal costero.
La casa posee muebles criollos, auténticos hechos entre los años 1850 y 1870, algunos salones tienen piezas de origen Inglés de la época Victoriana-siempre de época, así como las piezas de factura Portuguesa magníficas almeadas por las que surgen inesperados miradores, antiguas caballerizas conservadas con en la época completan la posesión.
Esta propiedad que por iniciativa de Mr. Eugenio Millington Drake, ministro de Gran Bretaña en el Uruguay, según es notorio, se destinará a sitio de exposiciones y de fiestas de beneficencia para entidades congéneres de Argentinas Británicas tiene por fervorosa animadora a lady Millington Drake, vinculada a los círculos intelectuales y sociales de Montevideo y Buenos Aires, la finca será además ofrecida a las autoridades de Bellas Artes para su residencia ocasional de plásticos, músicos  o escritores extranjeros que visiten el país. Mr. Millington Drake - a quien se recuerda por su actuación en la embajada de Gran Bretaña en Buenos Aires, tanto como hombre de mundo, entusiasta deportista y cultísimo espíritu - vuelve a dar así una muestra de su probado cariño por las cosas de nuestra tierra

SERGIO CHIAPPORI    

viernes, 3 de junio de 2016

Biografia de Manuel M. Ibañez Marin

Manuel, nace un 7 de Junio de 1817, en la Ciudad de Buenos Aires, hijo del Capitán de Caballería don Pedro Nolasco Ibáñez Rospigliosi y de doña Rosa María Marin y de la Quintana, lo bautizan al día siguiente en la iglesia de la Merced, siendo su madrina Rosa de la Quintana.
Se casa con Rosa Antonia Josefa de Anchorena Ibáñez (1829), tienen 3 hijos, Andrea Rafela Paula (1853), Pedro Nolasco Vicente, (mi bisabuelo) y Manuel Raimundo.
En 1850 se trasladan a San Fernando, Punta Chica, huyendo de la tiranía de Rosas, donde se instalan en un terreno comprado a don José Cabral y doña Ageda Gonzalez en 1826, se instala en una mansión que en la época la llamaban la Casa Blanca, un retrato de Carlos Pellegrini, perpetuo a la familia en ese lugar.
A partir de acá comienza la historia descripta en articulo del diario "La Razón" del Miércoles 5 de Junio de 1929, como un gran benefactor de la zona y un gran patriota que ayudo a muchos compatriotas a huir al Uruguay de la tiranía, fundo lineas de transporte fluvial al Tigre fomentando los vínculos, ayudo y alentó a los lugareños he hizo mucho por el progreso de la zona.
A su muerte Febrero de 1888, la quinta queda a cargo de su hijo Pedro Vicente, quien a su vez delega su cuidado a su fallecimiento a Antonio C. Ibáñez, (mi abuelo).
Los restos de Manuel M. se encuentran en su mausoleo familiar del cementerio de la Recoleta, como así también su esposa e hijos.